25 de Enero.

Un judío de Damasco convertido al cristianismo, en una visión el Señor le pidió que fuera a buscar a Saulo de Tarso, el perseguidor que se quedó ciego después de la manifestación de Jesús. Ananías obedeció y le impuso las manos. Saulo recuperó la vista y fue bautizado. (cf Hch 9, 17-19).