2 de Febrero.
A los 14 años entró en el monasterio de San Vincenzo en Prato. Allí contempló la vida de Jesús con fuertes signos corporales y éxtasis, que inicialmente suscitaron el temor de fenómenos patológicos. En realidad, en el centro de su mente y de su corazón estaba la verdadera contemplación de Cristo.