16 de Junio.

Madre e hijo, Julita y Quirico sufrieron la persecución anticristiana de Diocleciano en el 305. Arrestados en Tarso, la actual Turquía, ella no quiso abjurar y se vio obligada a ver morir a su hijo, que se proclamó cristiano, aunque era solo un niño. Por eso, es uno de los mártires más jóvenes.