11 de Julio
Las enseñanzas de San Benito, nacido en Nursia en torno al 480 d.C., son una de las levaduras más fuertes para el nacimiento de la cultura europea, tras la decadencia de la civilización romana. Es el punto de partida para la difusión de centros de oración y de hospitalidad. No es solamente faro del monacato, sino también un manantial providencial para pobres y peregrinos. “Deberíamos preguntarnos”, escribe el historiador Jacques Le Goff, “a qué excesos se habría visto abocada la gente del Medievo, si no se hubiera alzado esta voz grande y dulce”. Una voz en la que se detiene un biógrafo de excepción: San Gregorio Magno, en el Libro II de los “Diálogos”.