09 de Agosto.

“Ave Crux, Spes Unica”. Edith Stein afronta el martirio en las cámaras de gas de Auschwitz Birkenau, con la mirada fija a los brazos abiertos de Cristo en la cruz. Es el culmen de un largo recorrido interior que la condujo del estudio de la filosofía al compromiso por la promoción humana, social y religiosa de la mujer, hasta la vida contemplativa.

Nació en Breslavia en la Silesia alemana del 1891, la última de once hijos de una pareja judía muy religiosa, Edith se hace reconocer por la inteligencia brillante que favorecerá una visión racional y su alejamiento juvenil de la religión. Durante la primera Guerra Mundial, interrumpe los estudios para ayudar a los soldados como enfermera de la Cruz Roja.

Su conversión al cristianismo surge tras el encuentro con la Fenomenología del filósofo Husserl, de quien se convierte en su asistente en la Universidad de Friburgo, donde profundizó el tema de la empatía y el encuentro con el filósofo Max Scheler, así como la lectura de los ejercicios de san Ignacio y la vida de Santa Teresa de Ávila.