22 de Septiembre.

Año 287. Antes de asaltar a los Galos rebeldes, el emperador Maximiano ordena un sacrificio a los dioses. Mauricio, jefe de la Legión Tebana, una unidad compuesta por cristianos, se niega y otros con él: “Somos soldados tuyos, pero también siervos de Dios”, escriben. Maximiano decreta la muerte.